La corrupción, un fenómeno político o un problema económico.

¿Cuál es la diferencia entre los países con economías desarrolladas y los que tienen economías frágiles? Se pueden enumerar incontables factores, la cultura, la ubicación geográfica, los recursos, entre otros. Sin importar las diferencias entre países, en todos, el nivel de desarrollo gira en torno al sistema económico y a la administración que el gobierno hace de este. Se puede decir que la economía es el corazón que brinda bienestar a la sociedad, mientras que el gobierno es el cerebro que regula todo el organismo. Es decir que si el gobierno hace uso inteligente de los recursos, si invierte eficientemente la energía que la economía le brinda, el organismo prosperará.
La inversión en cultura, educación, salud, llevan a que la sociedad funcione bien, permitiendo que la economía fluya y genere más energía que podrá usarse nuevamente para el crecimiento de la sociedad.
En cambio, si el gobierno permite que el organismo enferme, que haya problemas sociales, inequidad, pobreza, violencia, la sociedad terminará fallando y fracturándose, a veces de forma irrevocable. Todos estas problemáticas llevan al mismo origen, la corrupción.
Según Transparency International, corrupción es el “abuso del poder confiado para el beneficio privado; puede ser clasificada como grande, pequeña y política dependiendo de la cantidad de dinero perdida y del sector en el que ocurra”; la gran corrupción consiste en actos cometidos desde un alto nivel del gobierno que manipulan las políticas o el funcionamiento central del estado, permitiendo a quienes los cometen beneficiarse a expensas del bien público; la pequeña corrupción se refiere al abuso recurrente del poder por parte de funcionarios de nivel medio y bajo en su interacción con ciudadanos comunes, usualmente en situaciones en las que buscan acceso a bienes o servicios básicos en hospitales, escuelas, comisarías y otras instituciones públicas; la corrupción política es la manipulación de políticas, instituciones y reglas de procedimiento en la asignación de recursos y financiamiento de parte de quienes los administran.
Es importante entender esta definición para evitar ambigüedades, pues esta problemática muchas veces ha sido malinterpretada como un problema moral. Se tiene la idea de que la corrupción existe por culpa de unos cuantos políticos de moral dudosa que hacen uso incorrecto de su poder. Sin embargo, la corrupción no puede ser entendida como un problema individual aislado del contexto. Más que un problema moral o cultural, es un problema económico pues está directamente asociado con la distribución de la riqueza; los recursos que recibe el estado no se reinvierten en la sociedad.
Volviendo a la metáfora del organismo, la sangre que mantiene vivo al cuerpo no está fluyendo. Si la sangre no fluye, eventualmente todo el sistema falla y colapsa. Debido a este estancamiento de la riqueza, las economías corruptas se caracterizan por un bajo porcentaje de clase media y una brecha significativa entre la clase alta y la clase baja. Por otro lado, debido a que la competencia limpia y el correcto funcionamiento del estado y del mercado no están garantizados, los inversionistas desconfían y el flujo de capital extranjero se detiene, en ocasiones incluso se invierte, es decir, que los inversionistas retiran el dinero invertido. Según un artículo de Investopedia, una página especializada en temas económicos, esta desconfianza también afecta a la innovación, ya que si la autoridad legal puede ser manipulada, las empresas no tienen certeza de que sus patentes serán protegidas y no falsificadas. Esta es una de las razones que explican por qué los países con economías emergentes y con altos índices de corrupción se ven obligados a importar la tecnología en vez de producirla.
Según datos del Banco Mundial, el ingreso promedio en países con alto nivel de corrupción es cerca de una tercera parte del de países con bajos niveles de corrupción. Además, la tasa de mortalidad infantil en dichos países es tres veces más alta y la tasa de alfabetismo es 25% más baja. Dado que el sistema político funciona estrechamente ligado al sistema económico, la corrupción es un defecto en la relación de estos aspectos, es decir que es una falla estructural.
Esta falla puede ser vista como un defecto que debe ser reducido o como un factor que no fue tenido en cuenta en la construcción del sistema político y económico y que debe ser aceptado y legalizado. En cualquiera de los dos casos la forma más efectiva de lidiar con el problema es hacer una reestructuración de la relación entre el sistema político y el sistema económico. Son este tipo de medidas las que han tenido éxito a nivel mundial.
Se han propuesto medidas como aumentar los castigos judiciales o crear instituciones de vigilancia, pero estas solo centran en atacar el problema, en reducir el defecto, y como se ha evidenciado, las medidas agresivas no bastan por sí solas para disminuir efectivamente la corrupción.
Uno de los casos de éxito en la lucha contra la corrupción es el de Singapur. Este país fue una colonia británica que se independizó en 1963. En poco más de cincuenta años dicha nación se ha convertido en una de las más prósperas del mundo con un PIB per cápita de 57.000 en 2017. Las razón de este éxito se atribuye a estrictas medidas tomadas por el ex primer ministro Lee Kuan Yew que durante 30 años transformó la estructura económica y política de Singapur. Una de las medidas fue aumentar el salario de los funcionarios. Según el político, al recibir buenos salarios, los funcionarios evitarían sentirse tentados por aceptar sobornos o acceder a prácticas de corrupción, sin mencionar que un buen pago atraería a los mejores profesionales. En la medida que el país comenzó a prosperar económicamente los salarios eran proporcionales a un cargo del mismo nivel en el sector privado. De acuerdo con un artículo del Foro Económico Mundial, el año pasado el pago promedio para un director ejecutivo en Singapur era de $673.000, el pago de un ministro era de más de $800.000.
Otra de las medidas de la administración fue la cero tolerancia con la corrupción, la CPIB (Corrupt Practices Investigation Bureau) tuvo autorización para investigar a cualquier funcionario público sin necesidad de una autorización especial, en particular para investigar políticos de altos cargos. Según la ley del país asiático, no solamente son castigados con multas o penas de privación de libertad quienes acepten sobornos sino también quienes los ofrezcan, sin mencionar que los primeros deben devolver todo el dinero del soborno.
Por último, una de las últimas estrategias del gobierno para evitar la corrupción ha sido digitalizar los servicios del gobierno. Como resultado es menos probable que un oficial pueda exigir sobornos en el trámite de procesos burocráticos.
Este caso explica por qué —según el Fondo Monetario Internacional— Qatar, Singapur, Irlanda y Luxemburgo siendo países mucho más pequeños que otros, son de los más ricos del mundo en términos de poder adquisitivo per cápita. No se trata del tamaño del país o de la cantidad de recursos, sino de la estrategia de administración del sistema económico, una administración inteligente genera un reacción en cadena de beneficios que se convierte en un ciclo de crecimiento y desarrollo que se sustenta por sí mismo.