Saludos querido amigo, te adjunto una selfie con mi planeta
No sé cómo será la tasa de reproducción en Marte, mi querido amigo marciano, pero aquí nos multiplicamos como conejos —seres vivos pequeños que al parecer tienden a sufrir unas ganas irreprimibles de frotarse unos con otros con el propósito de multiplicarse—. Ya no cabemos en el espacio que tenemos.
Afortunadamente los humanos poseemos cierta habilidad para resolver problemas; meter en higiénicas bolsitas nuestros desechos y dejarlos regados donde no incomodan—véase “Tácticas del vivo bobo”—; construimos artefactos de pacificación de mentes alteradas—véase “Bombas nucleares, televisión y otros instrumentos de pacificación”—, entre otras muchas soluciones creativas.
En especial tenemos un don para acumular cosas. Seguramente en ese afán acumulador, ya sea por accidente, por ingenio o las dos, se descubrieron las escaleras. Las escaleras son piezas alargadas que se apilan perpendicularmente entre sí en sentido ascendente.
Estas piezas pueden estar hechas de cualquier material, mas es preferible que tengan una dureza y resistencia considerable —véase Fundamentos de diseño Industrial: S,M,X y XL—. Para subir adecuadamente una escalera es recomendable que haga ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de la membrana o del tentáculo, para lo que se recomienda ver en Utube “Aeróbicos para tentáculos de hierro en 10 minutos”. Una vez en forma, se recomienda practicar algunos pasos de baile para desarrollar la motricidad necesaria. He de decir que si aún no se encuentra psicológicamente preparado, puedo recomendarle el texto “Ascensión segura: Tome la decisión”.
Finalmente, después de este arduo entrenamiento, está usted listo para ascender hacia nuevos horizontes. Diríjase a la escalera más cercana, a continuación ubíquese frente al primer escalón y déjese llevar por la aventura. Es posible que el escalón sea atemorizante. No obstante, no deje que le intimide, es usted o él. Recuerde su entrenamiento, avance con tentáculo firme.